jueves, 6 de diciembre de 2007

EL ARREPENTIMIENTO COMO ÚNICA SALIDA

El Pastor César Castellanos nos enseña como el propósito de Satanás es esclavizar la gente con el pecado, más Cristo vino para deshacer todas las obras del diablo.

“Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas” (Génesis 19:17).
Abraham le dijo a su sobrino Lot que no podían estar juntos en el mismo lugar, que escogiera a qué lado se iría, para tomar él el rumbo opuesto, de tal manera que si Lot iba a la derecha, Abraham lo haría a la izquierda. La Biblia nos relata que Lot se dejó guiar por su vista física y miró hacia la llanura de Sodoma y Gomorra, la cual era tierra fértil, donde todo lo que se sembraba producía en gran manera. Lot vio la prosperidad abundante en esa región, se dejó atraer por las riquezas, encantar por el deseo de hacer mucho dinero e inclinó su corazón hacia allí sin pedir la dirección divina. Pero la tierra de Sodoma y Gomorra era una tierra bajo el juicio de Dios, porque la gente se había entregado al materialismo.
Había en aquel lugar abundancia de dinero, pero también abundancia de pecado. La promiscuidad sexual era lo más común, y el espíritu de homosexualismo se había arraigado con fuerza, al punto que cuando llegaba un hombre, todos los homosexuales estaban al acecho. En ese entonces, el único hombre justo en esa tierra era Lot. Él era consciente de la maldad que predominaba en su entorno y se preocupó cuando supo que había dos hombres en la plaza, fue hasta allí y les ofreció hospedaje en su casa. Éstos eran dos ángeles que tenían forma humana, y habían llegado para destruir aquellas ciudades, pero Lot no lo sabía. Dice la Biblia que cuando estaban sentados, listos para cenar, todos los hombres de la ciudad, desde el más pequeño hasta el más grande rodearon la casa de Lot y le dijeron: “Saca a estos hombres que metiste en tu casa, porque queremos tener relaciones con ellos”. Lot se intranquilizó porque tenía la costumbre de proteger por encima de todo la vida de cualquier persona hospedada en su casa, e hizo una de las cosas más absurdas que cualquier persona podría haber hecho, salió y les dijo: “Tengo dos hijas que no han conocido varón; hagan con ellas lo que quieran”. Mas a estos hombres eso no les interesaba, y dijeron: “Tú eres un extranjero y te haremos ahora más daño a ti que a ellos”. Quisieron entrar para hacerles daño, sin embargo los ángeles los hirieron con ceguera; y la Biblia relata que aún ciegos, buscaban la casa para atrapar a los huéspedes de Lot. Luego, los ángeles le contaron a Lot porqué habían sido enviados por Dios, y le advirtieron que debía huir con su familia hacia al monte y no mirar tras de él, para no perecer.
El arrepentimiento debe ser inmediato
La orden que dieron los ángeles fue: “Escapa”, y este era un mandato de Dios para huir de la corrupción de este mundo. Si usted ya salió de una vida de pecado, escape, no vuelva a mirar atrás, no permita los mismos deseos de antes, no añore lo que usted hacía. Cada vez que mira hacia atrás, retrocede todo lo que ha avanzado. Satanás quiere atraparlo a través de la mirada; que vuelva a contemplar las cosas que antes hacía. El único propósito de Satanás es destruirlo totalmente. Él sabe que si logra
quitar de usted la santidad, lo destruye. Salomón dijo: “El avisado ve el mal y se esconde; Mas los simples pasan y reciben el daño” (Proverbios 22:3). Dios había extendido Su misericordia a la familia de Lot por causa de Abraham; más ellos tenían que ser diligentes y actuar de una manera rápida para que el juicio no les alcanzara.

EL AREPENTIMIENTO ES NO VOLVER A MIRAR ATRÁS
El mandato de los ángeles fue: “No mires tras ti”. Si ya salió del mundo, no vuelva a mirar lo que dejó atrás. Si antes practicaba la fornicación, el adulterio, la impureza sexual, y Dios lo liberó de todo eso, no vuelva otra vez a codiciar lo que antes hacía, no vaya a ser que perezca.
Cuando los ángeles le dijeron a Lot que no mirara tras él, le estaban enseñando que la mirada debe ser controlada por el Espíritu de Dios. La Escritura nos enseña a no desviar nuestra mirada ni a derecha ni a izquierda, teniendo los ojos puestos en Jesús (Hebreos 12:2).

DETERMÍNESE SÓLO A AVANZAR
Piense en todo lo que el Señor ha hecho en su vida y de dónde lo ha sacado. Satanás suele aprovechar un disgusto familiar, una diferencia con el cónyuge o cualquier otra situación para que los hombres miren atrás; más usted no debe hacer eso. Él querrá que vuelva a los malos negocios, a las trampas, a la mentira, al engaño, a su antigua vida; pero el mandato del Señor es: “No mires tras de ti”.
Pablo dijo: “Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, trasgresor me hago” (Gálatas 2:18). Si usted destruyó los altares pecaminosos, no los vuelva a edificar. Si abandonó la vida de pecado, no vuelva a desearla en su corazón. En estos últimos días, el enemigo ha desatado su torrente de maldad con inmundicias, y algunos incautos han sido atrapados, cayendo en la trampa. Más usted huya al monte de Dios, al monte de Salvación y esperanza que es Jesucristo. Él es la Roca firme y eterna en la cual debemos refugiarnos. Todo aquel que haya huido al monte, Dios lo guardará porque hay protección en Él y en Su Palabra.
Dios quiere levantar un ejército de hombres y mujeres que sean radicales, que le den la espalda al pecado, para que el adversario no tome ninguna ventaja sobre ellos. El propósito de Satanás es esclavizar la gente con el pecado, más Cristo vino para deshacer todas sus obras. Usted puede permanecer firme, levantarse en autoridad contra el enemigo, destruir las ataduras de maldad y declararse completamente libre para la Gloria de Jesús.

VIVA EN ARREPENTIMIENTO
No hay otra manera de escapar, si no es a través del arrepentimiento. El arrepentimiento es sentir un dolor profundo por haber ofendido a Dios, es llorar los pecados que cometimos. Cuando hay un genuino arrepentimiento, hay lágrimas, hay dolor, hay confesión, hay renuncia, y un pacto de no volver a atrás, es deshacerse enteramente de la vida pecaminosa, es entender que ese pecado lo separó completamente de Dios, y que por ello, todas las bendiciones que Dios tenía para usted se detuvieron. Dios quiere prosperarnos económica, familiar, física y espiritualmente, pero el pecado le ata las manos a Dios; porque aunque Él quiera bendecirnos, los argumentos se levantan en nuestra contra. Más el arrepentimiento, los cancela a todos y trae nuevamente la presencia de Dios a nuestra vida.

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Creerle a Dios y obedecerle

Aquellos doce que el Señor formó, aprendieron a caminar por la senda de lo sobrenatural pues, tenían que reproducir el carácter de Cristo en todas las formas a través de sus propias vidas. Por esta razón, los líderes religiosos que se oponían al desarrollo del cristianismo, quedaron atónitos con el denuedo de Pedro y de Juan, sabiendo que eran personas iletradas, pero reconocieron que habían estado con Jesús. El modelo de los doce es algo en sí mismo sobrenatural que el Señor Jesucristo implementó a fin de que su ministerio se moviera constantemente en esa dimensión. Vino directamente de Dios al corazón de Jesús y, en el momento preciso, cuando estaba en la búsqueda de la mejor estrategia para que la visión de ganar multitudes se hiciera realidad, llegó de la experiencia de Jesús a mi corazón.
Unción de milagros
“Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia” (Mateo 10:1).

Mientras Jesús estuvo en la tierra, ministró personalmente. Al leproso le
preguntó: ¿qué quieres que te haga?, y él le dijo: “Señor, si quieres, puedes
limpiarme” a lo que Jesús manifestó su interés y operó el milagro. De igual forma sucedió con el ciego Bartimeo y con muchos que se acercaban esperando una oportunidad, guiados por la fe; el Señor sanó, resucitó muertos, echó fuera demonios y realizó centenares de milagros extraordinarios estando muy cerca de las personas. Para Jesús, la iglesia eran las personas.

Una de las primeras cosas que aprendí de la experiencia de Jesús es que
implementar el trabajo con doce personas implica el andar en lo sobrenatural, echando fuera demonios y operando milagros de acuerdo a la necesidad de cada persona. Un precio que se debe pagar para que el modelo de los doce logre su objetivo consiste en actuar de manera similar a como Jesús lo hizo con sus discípulos: limpiando leprosos, dando vista a los ciegos, levantando paralíticos, etcétera. Cuando un pastor desarrolla su ministerio respaldado por este tipo de milagros, se extenderá por la ciudad la noticia de que hay un predicador al que Dios respalda con maravillas y prodigios, y la gente, también necesitada de un milagro, correrá a escuchar su mensaje. Definitivamente el modelo de los doce permite que las multitudes acudan a los pies del Señor.

Las multitudes seguían Jesús por los milagros que hacía. Si queremos tener una iglesia con multitudes como estrellas, es muy sencillo, tenemos que caminar en lo sobrenatural haciendo milagros, actuando en el poder del Espíritu Santo.
Cuando el leproso se acercó a Jesús, El no le dio un discurso haciéndole ver las maldiciones que lo ataban, sencillamente miró su necesidad, destacó su fe y le dio lo que necesitaba. Tenemos la certeza de que la iglesia cuenta con la repuesta para cada una de las necesidades de la gente, y hemos podido comprobar que la mejor manera de ayudar a las personas, es dándoles solución a sus diferentes problemas pues, su fe se fortalece cuando ven que Dios sí les da respuesta a sus necesidades. Cualquier padre por escéptico que sea, cuando se enfrenta ante alguna enfermedad incurable en la vida de alguno de sus hijos, doblegará todos sus argumentos y estará dispuesto a creer en aquello que le proporcione el milagro a su hijo.
Un modelo de compasión (Mateo 9:35-38)

Luego de esta experiencia fue que Jesús decidió llamar a sus doce discípulos y otorgarles autoridad para echar fuera demonios y sanar enfermedades. Notemos que el modelo de los doce nació cuando el Señor sintió compasión de la gente, al ver que eran ovejas desorientadas que no tenían pastor. Lo que da crecimiento a la iglesia es el trabajo evangelístico, pero la conservación de cada persona se da a través de los doce pues, cada líder de doce, está en capacidad de pastorear a otros doce. Si sentimos compasión por la gente, entonces estaremos dispuestos a cuidar de ellos y a orar por sus necesidades procurando el milagro que anhelan para su vida, tal como lo hizo Jesús con sus discípulos.

Con el modelo tradicional es muy difícil que todos los miembros de la
congregación tengan acceso al pastor, pero a través del modelo de los doce
todos tienen contacto con el pastor porque reciben de su líder la misma visión y así cada quien se siente pastoreado.

Cuando entendí la importancia de sentir por la gente la misma compasión que tuvo Jesús, fue cuando empezó a surgir en mí la necesidad de implementar una estrategia que me ayudara a atender a cada persona en medio de la magnitud de crecimiento que empezaba a darse en la iglesia. De esta manera Dios fue preparando mi corazón para revelarme el modelo de los doce; un modelo que hoy ha bendecido los cinco continentes de la tierra.

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CONSOLANDO A SU PUEBLO

“Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados” (Isaías 40:1-2).
El profeta expresó el sentir del corazón de Dios hacia un pueblo que le fue difícil
entender el lenguaje de la fe, y que por esta causa, tuvo que atravesar por toda clase de adversidades, hasta ser quebrantado y moldeado a Su semejanza.

Dios, a través de este pasaje, le da al pueblo:
a. Una voz de consolación. “Consolaos, consolaos pueblo mío”. Lo único que puede darnos esperanza y traer consolación, es la Palabra de Dios. Pero esta cobra poder, cuando las personas la reciben con un corazón abierto, se estremecen con ella y pueden tener un verdadero arrepentimiento. El propósito que Satanás tiene a través de la adversidad, es que las personas desfallezcan en su fe, y decidan recurrir a mecanismos humanos, sin necesidad de tener a Dios en cuenta. Más cuando los creyentes deciden depositar sus cargas en Dios, el Señor se apropia de sus necesidades, les da una palabra que los alienta, y la confianza de que Él los protegerá. El salmista David dijo: “Confortará mi alma” (Salmos 23:3a).

b. Una voz de esperanza. “Su tiempo es ya cumplido”. Dios es un Dios de
tiempos, y nunca llega tarde; Él es exacto en todo lo que hace. Y este es el tiempo de salvación para cada uno de Sus hijos; pues Dios no demorará Su promesa, sino que es paciente para con todos, pues no quiere que ninguno perezca y que todos procedan al arrepentimiento.

c. Una voz de salvación. “Su pecado es perdonado”. Note que el tiempo del
verbo, está en un presente continuo, y esto habla que la gracia redentora de
Dios está disponible para perdonar “ahora” nuestros pecados. Es importante que inmediatamente identifiquemos aquellas cosas en nuestra vida que no agradan a Dios que las llevemos a la Cruz y declaremos la victoria sobre cualquier fuerza adversa que nos controló en el pasado. Pablo dijo: “Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu” (Gálatas 5:24-25).

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CONCIBIENDO LAS MULTITUDES

“Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición “(Génesis 12: 2).
Pastora Claudia Castellanos
Cuando mediante la Cruz usted logra convertirse en un sacrificio de olor grato ante Dios, consumido por el fuego de Su Espíritu, recibe las mismas cuatro bendiciones que tuvo Abraham.

1. De usted saldrá una gran nación.
Esto sucede cuando se engendra la visión de las multitudes en su vida, no antes. Alguien que no sea adorador no puede atraer las multitudes. La primera bendición del Señor fue la sanidad de la esterilidad, porque Abraham era estéril. Tal vez usted sea estéril ministerialmente, yo lo fui. Aunque tenía cuatro hijas preciosas, no tenía hijos espirituales. Toda la bendición y la unción estaban sobre César, porque era un siervo de Dios, un ungido; siempre lo ha sido. Cuando me decía que predicara, le respondía que no, que mejor lo hiciera él porque era él quien tenía la unción. Yo prefería solamente ayudarle en la alabanza. Pero tuve que pasar por todo esto hasta que en mí se concibió una gran nación. Pude visualizar una generación de mujeres que amarían a Dios con todo su corazón. En Colombia, si nos reuníamos doscientas mujeres, era mucho. Cuando concebí las multitudes en mi espíritu, la primera reunión después de esa experiencia tuvo una concurrencia de veinte mil mujeres en un Coliseo, ¡todas adorando a Dios! El Señor le dijo a Abraham: “De ti saldrá una gran nación”. Y esa palabra está dirigida no sólo a Abraham, sino también a usted y a mí. Puede comenzar con una célula, luego se multiplicará, llevará a sus discípulas a los Encuentros, y más tarde, ¿por qué no?, será una mujer que impacte los cinco continentes del mundo. Tal vez piense: “No, yo no he servido nunca para nada”, o “mire la edad que tengo, ya me están saliendo las canas”, o “jamás he podido realizar mis sueños”. Si es una
verdadera adoradora, será madre de multitudes.
2. Tendrá nombre nuevo.
Seguidamente, Dios le dará un nuevo nombre. Tal vez la nombran como Patricia, Susana o Marta, pero en el fondo usted se llama “fracasada”, “amargada”, “pobre”, “débil”, “estéril”. Tal vez su vida haya sido marcada con palabras negativas, propias o de terceros. Pero quiero decirle que si es una adoradora, Dios le cambiará el nombre. Le llamará “hija”. Será una “princesa” de Dios. El le dirá: “Te sentarás a la mesa Conmigo, y Yo voy a hablar a tu corazón y tú vas a hablar al Mío. Seremos amigos”. Como Abraham fue el mejor amigo de Dios, usted será la mejor amiga de Dios. Su nombre será cambiado cuando entre en la práctica de la genuina adoración.
3. Dios será su proveedor.
En tercer lugar, debemos saber que Dios siempre ve nuestra necesidad. La adoración hace que Jehová Jireh actúe a través del Espíritu Santo, dándole la provisión, porque El está con usted. Tal vez había pensado: “No, Señor, me conformo con un empleo,
con un vehículo pequeño, con una casa modesta, con ciertas comodidades, lo mínimo para vivir decorosamente”. Yo pensaba así hace unos veinte años. Pero el Señor me dijo: “No, hija, Yo voy a darte la provisión, serás un árbol grande, lleno de frutos; miles de familias van a estar debajo de ese árbol, y aun serán alimentadas por ti”. Antes, yo no tenía ni para el bus, y mi papá tenía que pagarme la universidad. Pero ahora somos un gran árbol y miles de familias viven de la Misión Carismática; yo diría que más de trescientas familias trabajan tiempo completo en nuestra institución, porque aprendimos a ser adoradores. Si usted es una genuina adoradora, verá la provisión; no una a cuentagotas, sino de las que hay que cargar con grandes palas. A través de nuestra genuina adoración, mediante nuestro corazón entregado sin reservas a Dios, conoceremos a Jehová Jireh obrando en nuestras vidas.
4. Dios le dará protección.
En cuarto lugar está el cuidado, la protección. La Biblia dice: “En el mundo tendréis aflicción” (Juan 16:33b). En este mundo convivimos a diario con distintos peligros. Por ejemplo, las Escrituras nos advierten de la mujer extraña, que ronda buscando llevarse al hombre que vale. Cuando usted es una adoradora, la protección de Dios rodea su casa y a cada uno de los miembros de su familia. El Señor librará a su esposo de la mujer extraña. Tal vez él sea tentado pero con la protección divina, la mujer extraña no se lo llevará. Quizás existan malas amistades alrededor de sus hijos, pero si usted es una adoradora, ellos recibirán la cobertura de Dios. La protección de Cristo levantará murallas en derredor de sus seres queridos y de su propia vida. ¡-Vea qué importante es ser una mujer adoradora-! Abraham percibió esto y dijo: Iré allá a adorar a Dios. Y su adoración fue en obediencia, en sacrificio.
Si la iglesia entiende estos principios de la adoración, la multiplicación vendrá, nuestros nombres serán cambiados, y la provisión y la protección tendrán lugar en nuestro medio.
Todos deseamos vivir y experimentar el verdadero significado del cristianismo, el cual no consiste en cambiarse de religión, donde antes iba a la misa y ahora va al culto, ¡no! Implica mucho más; se trata de una relación personal con el Señor.


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CÓMO OBTENER LA BENDICIÓN

Por el Pastor César Castellanos

“Excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la tierra que pisó, y a sus hijos; porque ha seguido fielmente a Jehová” (Deuteronomio 1:36).
Este pasaje nos enseña una verdad muy importante, y es que los fieles son los que obtienen la bendición. Caleb conquistó estas tierras porque había sido fiel en todo lo que Dios, a través de Moisés, le había pedido; él fue probado en su fidelidad. Los que obtienen la bendición de la multiplicación son aquellos que actúan basados en la fidelidad.

En el tiempo de Josué y Caleb, la visión se basaba en llevar al pueblo de Israel a tomar posesión de la tierra prometida. De todo el liderazgo de Israel que salió de Egipto, los únicos dos que tuvieron el privilegio de conquistar el objetivo, fueron Josué y Caleb porque sus corazones habían sido hallados fieles.
El gran desafío que nosotros tenemos en los días actuales es llevar a la Iglesia a que conquiste toda una tierra de promesas y para lograr este objetivo es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:

1. Conocer la visión
La visión de G12 es la herramienta que Dios ha dado a Sus hijos para traer el avivamiento a este mundo, quizás el último y más grande de la historia. Dios ha estado preparando a Su Iglesia durante siglos para este momento, despertando los corazones de familias enteras con un gran deseo por entender todo acerca de la visión, porque están anhelando sentirse útiles dentro de la obra de Dios.
Tomar el compromiso de implementar la visión
Comprometerse implica sumergirse totalmente en la visión. El Maestro de maestros, el hombre más sabio de todo el universo, dedicó tres años y medio de Su vida en la formación de doce hombres. Si Él lo hizo, ¿por qué no nosotros? Si usted es parte de un grupo de doce, ya ha comenzado el proceso de conformar su equipo de doce, Dios le dará la gracia y la sabiduría para hacerlo. Antes de pensar en las multitudes, es necesario que se dedique primeramente a conformar su equipo de doce. Si usted los pastorea sabiamente, Dios le podrá confiar mayores responsabilidades. Sólo piense que usted empieza con doce y que de cada uno de ellos salen otros doce; éste es el fundamento que nos conduce a la multiplicación.

2. Hacer la visión a través del Gobierno de los doce
La base de todo su ministerio y lo que usted pueda llegar a conquistar está en su equipo. Por eso, trate de mantener siempre el equipo completo. Los doce tienen que ser conforme a su corazón, deben ser íntegros, así como cuando Jetro le aconsejó a Moisés sobre aquellos que debían estar dentro del equipo ministerial. Él le dijo que tendrían que ser hombres de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad que aborrezcan la avaricia (Éxodo 18:21).
3. Dominar todos los pasos de la visión
Usted, como líder, debe conocer detalladamente cada paso de la visión. Para poder consolidar a alguien, hay que ganarlo. Si no ganamos primero, no podemos consolidar. Si no consolidamos, no podemos discipular (entrenarlos en la Escuela de Líderes). Y si no entrenamos, no podemos enviar. De manera que la base de la visión es ganar. Por eso es necesario convertirnos en expertos ganadores de almas.
4. Vivir en la dimensión de la fe
Lo emocionante de la vida cristiana es que es espiritual, y lo espiritual predomina sobre lo natural. Toda la riqueza y la sabiduría de Dios están reservadas para Sus hijos, y a través del plano espiritual de la fe las podemos bajar al natural. Debemos ministrar a nuestros discípulos para que cada uno de ellos sea una persona osada en la fe. Ellos llegarán a ser grandes conquistadores si aprenden a usar esta maravillosa herramienta. Esta llave les abrirá las puertas que podrán guiarlos a un ministerio sólido, próspero y multiplicador.

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CÓMO HACER EQUIPO CON EL ESPÍRITU SANTO

»Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros».
Hechos 15:28

Dios anhela que trabajemos en una intimidad plena con Él, siendo Él el socio principal en el trabajo que nosotros desarrollemos. Pero el Espíritu deja a nuestro libre albedrío el que nosotros le confiemos cada responsabilidad; y si estamos dispuestos a hacerlo, debemos tener en cuenta ciertas consideraciones:

ÉL ES UNA PERSONA
Usted no puede tratar al Espíritu Santo como si fuera algo irreal. Es tan real como cualquiera de nosotros, y es su deseo que no lo ignoremos. Él necesita de nuestras palabras, anhela que le consultemos, que pongamos a su disposición cada uno de los pasos que vayamos a dar, que le permitamos a Él dar el visto bueno. Eso fue lo que llevó a la iglesia primitiva a que tuviera gran éxito, a que pudiera desarrollarse de una manera plena y así alcanzar las naciones, algo que a la iglesia actual le ha costado, pero que ellos lograron realizar en la primera época.

QUE ÉL SEA SU SOCIO
Es fundamental que entendamos que el Espíritu de Dios desea tener el control pleno de nuestra agenda y todo lo que ésta incluya. Él debe tener la total libertad de elaborar los cambios que se requieren en nuestra vida, pues debemos recordar que no estamos construyendo nuestro reino sino el de Él. Hacer al Espíritu de Dios nuestro socio implica llevar una vida exclusivamente de fe.

DEPENDA DE LOS RECURSOS DE ÉL
Es importante comprender que todos los recursos de Dios son administrados por el Espíritu Santo; y todo lo que nosotros necesitemos dentro del ministerio, Él lo posee. Por tal motivo, nuestra relación con el Espíritu debe ser excelente. Hacer la obra de Dios es algo sobrenatural, y lo que es imposible con medios humanos, o por nuestra lógica, es posible con su ayuda.
Antes de venir el Señor Jesús a este mundo, la gente conoció el ministerio de Dios Padre. Cuando el Señor Jesús estuvo en esta tierra, el mundo fue impactado por Su obra redentora. Pero, después de que Jesús ascendió a los cielos, el Espíritu Santo se constituyó en el único representante, tanto del Padre como del Hijo, y por ello, es el único que decide a quién le otorga los recursos que sus siervos necesitan. Esta es la razón por la cual nuestra relación con Él debe ser excelente.

QUE ÉL SEA EL DIRECTOR TÉCNICO DEL EQUIPO MINISTERIAL
Nosotros podemos llegar a equivocarnos al escoger las personas que integren nuestro equipo, pero Él no. El Espíritu mismo traerá revelación a nuestras vidas de quiénes son aquellos con los que debemos llevar a cabo la obra, en quiénes debemos invertir tiempo, a quiénes debemos formar, y cómo podemos hacerlo. Una de las tareas más
difíciles de cualquier líder es conformar el equipo con el cual debe trabajar en el futuro. Es tan importante la elección de cada uno de ellos como lo es el escoger al cónyuge.
RENUEVE SU MENTE
Es fundamental tener una plena sensibilidad a la dirección del Espíritu Santo y estar siempre dispuestos a movernos de acuerdo a su guía, en la manera como Él desea hacerlo. Esto implica que nuestra mente tiene que ser renovada día a día, y tomar el rumbo que Él ha trazado para nosotros. El único camino para renovar nuestra mente es aprender a estar en su presencia diariamente, bebiendo de su Espíritu; pues es en la intimidad con Él que el velo se corre y nos es revelado lo que hay en su corazón, para que nosotros lo llevemos a cabo.
ENTREGA TOTAL
El Espíritu Santo quiere tener intimidad con aquellos que rinden la totalidad de sus vidas a Él, no con aquellos que tratan de decirle cómo debe hacer las cosas, o qué cosas debe hacer. Siempre debemos estar sometidos a la guía que Él quiera darnos. Esto implica una dependencia total de Él en cada una de las áreas en las que nos desarrollamos. Para que esto se logre, tiene que haber muerto dentro de nosotros todo vestigio de ego.

COMUNIÓN
Planee cada paso que dé en intimidad con Él. Si le permitimos dirigir nuestras vidas, no nos equivocaremos en ningún paso que demos, dado que para Él es tan claro el presente como el futuro. Aunque no entendamos muchas cosas, si igual las hacemos en obediencia a Él, luego veremos los resultados efectivos de nuestras decisiones. Nunca debemos hacer nada por nuestra propia cuenta. Déle siempre al Espíritu Santo el tiempo y la libertad para que Él actúe. A veces, Él dice sí; otras, dice no. Pero cualquiera sea la dirección que Él dé a nuestra vida, debemos tener la certeza de que todo lo tiene bajo su control.

RECONOCIMIENTO
Que todo lo que hagamos redunde para la gloria de Dios. No es el deseo de Dios que en lo que planeemos busquemos nuestra propia gloria. Por el contrario, todo lo que hagamos debe ser exclusivamente para la gloria del Señor. Muchos son los que se sienten dueños de los dones que le pertenecen al Espíritu de Dios, mas todos los dones culminarán y lo único que perdurará será nuestro carácter.
El rendir a Él nuestra vida es permitirle que moldee nuestro carácter y así traer gloria a su Nombre.


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BUSCAD A DIOS Y SU PODER

Pastor César Castellanos
En el Salmo ciento cinco, verso cuatro, el Señor hace una invitación muy especial a su pueblo, los llama a crecer en su intimidad con él, diciéndoles: “Buscad a Dios y su poder” (Salmos 105ª).

El salmista era consciente de que la única manera de transformar las circunstancias positivamente era a través del poder de Dios. En su salmo, David invita al pueblo a no caer en el conformismo, sino a hacer un esfuerzo por obtener, por alcanzar el poder de Dios en sus vidas.

Jesús, por su parte, nos dejó el camino abonado cuando dijo que recibiríamos poder cuando el Espíritu de Dios hubiese venido sobre nosotros.
Debemos entender que cuando el poder de Dios desciende sobre una persona, ésta queda asombrada de todas las cosas que puede hacer para el Señor, pues su debilidad es cambiada por una gran fortaleza en Dios.
Esto lo podemos ver en la vida de Pedro, quien horas antes de la crucifixión de Jesús se sintió acobardado y le negó en tres ocasiones; mas cuando el Espíritu Santo vino sobre él, su corazón fue mudado de una manera extraordinaria. En un solo instante desapareció el temor y pudo dirigirse a los miles de judíos reunidos con motivo de la fiesta del Pentecostés.

Allí les habló con tanta autoridad que, cuando hizo el llamado, tres mil fueron redargüidos de pecado y decidieron entregar sus vidas a Jesús. Ni las presiones de los líderes religiosos, ni las amenazas, ni la cárcel, ni ninguna otra dificultad lograron que el Apóstol desistiera nunca más de su misión.
Son cientos los testimonios de personas que se acercaron a la iglesia en los momentos más críticos de sus vidas, en los cuales llegaron a pensar que su existencia no tenía sentido. Se sentían frustrados, fracasados, pero gracias al poder transformador del evangelio, sus corazones fueron completamente mudados después de participar de un Encuentro, donde experimentaron el mover de Dios en sus corazones.
Ahora, ellos son líderes que con la unción y el poder del Espíritu Santo han logrado llevar muchas almas a los pies de Jesús. Creo que sin el poder de Dios sería completamente imposible hacer Su obra de una manera eficaz.

AYUDANDO A LOS DISCÍPULOS A ALCANZAR EL EXITO

Por el Pastor César Castellanos
“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3 Juan 2).

Todos anhelamos alcanzar el éxito, Josué es un ejemplo de lo que es un hombre de éxito, él creía a toda palabra que salía de la boca de Dios, el éxito depende de que practiquemos la palabra de Dios, no aplicándola a nuestro acomodo, sino como Dios dice que debemos hacerlo.

El éxito equivale a metas conquistadas, sueños realizados, obstáculos vencidos, y triunfos aclamados. Los expertos coinciden en ocho pautas que constituyen pasos fundamentales para obtener el éxito en todas las esferas de la vida.


Pasos que nos ayudan a conquistar el éxito
1. Un fuerte deseo por alcanzar la felicidad
Debemos entender que la felicidad proviene de adentro hacia afuera y, por lo tanto, tiene que ver con nuestra vida espiritual, reflejándose luego en las demás áreas de la vida: el área física, familiar, ministerial, empresarial, financiera, etcétera. Esta felicidad es el resultado de permitir que el Espíritu Santo sea el que tome control de nuestra vida. El Señor Jesús dijo: “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado“(Juan 7:38,39).
Para algunos la felicidad está en las circunstancias, pero la verdadera felicidad no es externa sino interna. Josué vio gigantes pero no se detuvo en las circunstancias, sino que confió en su Dios y cuando uno le cree a Dios, deja de ser un fracasado y visualiza la conquista.

2. Gozar de buena salud
“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1 Corintios 6:19). Por lo general nos esmeramos en cuidar, decorar y hermosear nuestras casas para darle un mejor ambiente al lugar donde vivimos; pero mayor cuidado debe requerir el lugar donde el Espíritu de Dios ha hecho su propia morada. Lamentablemente, algunos han permitido que sus cuerpos sean afectados por diferentes circunstancias. Uno de los grandes enemigos de la salud es el estrés, al cual se le culpa de ser el causante de un gran número de enfermedades, y de muertes prematuras. Los otros enemigos de la salud son los malos hábitos alimenticios, la falta de descanso y cuidado a nuestro cuerpo.

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3. Una genuina paz mental
Mantener alejadas de nuestra mente la culpabilidad, la angustia, las preocupaciones. El apóstol Pablo nos dice ¨… ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús…” (Romanos 8:1).Todos los días debemos renovar nuestra mente con el estudio de la palabra de Dios, entendiendo las escrituras y creyéndole a Dios. Josué tenía paz mental porque nunca hizo nada que pudiera ofender a Dios. Alguien que tenga paz mental nunca piensa lo negativo, siempre sus pensamientos van de acuerdo a la palabra; es una persona de avanzada, nunca duda, no es indecisa.
4. Tener seguridad
La mayoría de las personas tienen una profunda preocupación por su seguridad, tanto, que en los últimos años las compañías de seguros son las que más han crecido y prosperado. Con ciertos impuestos pagamos para que el ejército o la policía nos brinden seguridad como ciudadanos. Estamos realmente preocupados por nuestra seguridad, pero entre más pasan los años sentimos que la misma está amenazada y decimos ¿Dios, qué es lo que sucede? Pero el salmista dice: “...Si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia” (Salmo 127:1b). El se encarga de proteger a cada uno de los miembros de nuestra casa, nuestra ciudad y nuestra nación.

5. Equilibrio en la vida familiar
El matrimonio estable es tan poderoso como una ciudad amurallada, donde todos los que están dentro de ella viven seguros. El líder debe entender que su primera conquista tiene que ser la de su familia ya que, cuando Dios estableció el matrimonio, delegó funciones muy específicas para cada uno de los cónyuges. ¿De qué le vale a un hombre el hecho de que alcance el éxito en la empresa o en su ministerio, si deja que su hogar se desintegre? La bendición del matrimonio se refleja en el ámbito espiritual, físico y material.

La otra parte del equilibrio familiar está definida por la relación que mantenemos con los hijos y el tiempo compartido con ellos. Los hijos son la extensión de nuestro carácter, pero se hace necesario cultivar tiempo con ellos, cada uno debe saber que cuenta con nosotros, para su protección y su cuidado, son personas que el Señor nos ha dado para cuidar y formar. Josué fue determinante cuando dijo ¨Yo y mi casa serviremos al Señor (Josué 24:15).

6. Prosperidad Integral
“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3 Juan 2).
La bendición de Dios siempre es integral porque cubre todas las áreas de nuestra vida: financiera, física, espiritual y material. El apóstol Pablo dijo que Dios nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo (Efesios 1:3). La bendición significa que nos va bien en todo, es completa para cada uno de nosotros.

“ Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que

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en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien” (Josué. 1:8).
Josué fue un hombre próspero y su secreto fue que nunca se apartó de la Biblia, la leía y la meditaba para atesorarla en su corazón, la guardaba y la cumplía y el Espíritu Santo le iba dando entendimiento.
7. Buenos amigos.
Debemos tener buenos amigos. Caleb era amigo de Josué y los dos se motivaban a seguir adelante, se brindaban apoyo, veían las cosas de una manera similar. Nuestros amigos tienen que ser temerosos de Dios y apartados del mal. En las células lograremos tener buenos amigos.
8. Tener Sueños.
Todo sueño debe cumplir propósitos sanos. El sueño debe ser:
§ Para engrandecer la obra de Dios. Aunque hay sueños de realización personal, no deben ser sueños egoístas, sino para engrandecer la obra de Dios. Para que un sueño se haga realidad, debemos situarnos dentro de la visión y entrar a hacer parte del cuerpo de Cristo, como miembros activos dentro de las células. § La actitud: Debe ser positiva, de fe, de triunfo, de victoria, de confianza. § Buena voluntad para el trabajo: fidelidad y perseverancia § Deseo: Entusiasmo para hacer las cosas. El éxito se logra cuando partimos de la confianza en Dios, en sus promesas, es decir, parte con el hecho de creerle a Dios, guardando su palabra y pensando como él nos ha llamado a hacerlo.

AMOR DEL CIELO

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Por Pastor César Castellanos
“Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí” (Hebreos 10:5-7). Jesús sabía que venía a este mundo a cumplir una de las misiones más delicadas: La redención de la humanidad. Él era consciente de que si no la llevaba a cabo, no habría una segunda oportunidad de salvación para Su pueblo. Los sacrificios practicados semana a semana por Israel no eran suficientes para borrar la culpabilidad de sus almas, y por eso, Dios Padre tuvo que permitir que Jesús viniera a este mundo y se convirtiera en Cordero de expiación; la Cruz del Calvario, era el único sacrificio viable para exonerarnos del pecado de nuestros corazones y liberarnos.
La voluntad del Padre era que Jesús redimiera a la humanidad, razón por la cual, preparó un cuerpo humano para que Su Hijo se encarnara en él, presentándose como sacrificio expiatorio, agradable y acepto ante Dios.
Su amor nos redimió
Son muchos los hombres que en este mundo han escalado los más encumbrados peldaños de la fama, a tal punto que muchos de sus seguidores los tienen por divinidades y otros con alegría ofrendan sus vidas para defender sus ideales.
Pero la vida de Jesucristo difiere de cualquier otro ser famoso de este mundo en que:

a. Siendo Dios, se hizo hombre. “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:5-8).
b. Siendo rico, se hizo pobre. “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” (2 Corintios 8:9).

c. Siendo santo, se hizo maldición. “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por
nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)” (Gálatas
3:13).
d. Siendo justo, se hizo pecado. “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
e. Siendo sano, llevó nuestras enfermedades y dolores. “Ciertamente llevó él nuestras
enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:4-5).
f. Siendo recto, murió con los impíos. “Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca” (Isaías 53:9).

g. Siendo perfecto, fue quebrantado por nosotros. “Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo,
sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada” (Isaías 53:10).