jueves, 6 de diciembre de 2007

CONCIBIENDO LAS MULTITUDES

“Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición “(Génesis 12: 2).
Pastora Claudia Castellanos
Cuando mediante la Cruz usted logra convertirse en un sacrificio de olor grato ante Dios, consumido por el fuego de Su Espíritu, recibe las mismas cuatro bendiciones que tuvo Abraham.

1. De usted saldrá una gran nación.
Esto sucede cuando se engendra la visión de las multitudes en su vida, no antes. Alguien que no sea adorador no puede atraer las multitudes. La primera bendición del Señor fue la sanidad de la esterilidad, porque Abraham era estéril. Tal vez usted sea estéril ministerialmente, yo lo fui. Aunque tenía cuatro hijas preciosas, no tenía hijos espirituales. Toda la bendición y la unción estaban sobre César, porque era un siervo de Dios, un ungido; siempre lo ha sido. Cuando me decía que predicara, le respondía que no, que mejor lo hiciera él porque era él quien tenía la unción. Yo prefería solamente ayudarle en la alabanza. Pero tuve que pasar por todo esto hasta que en mí se concibió una gran nación. Pude visualizar una generación de mujeres que amarían a Dios con todo su corazón. En Colombia, si nos reuníamos doscientas mujeres, era mucho. Cuando concebí las multitudes en mi espíritu, la primera reunión después de esa experiencia tuvo una concurrencia de veinte mil mujeres en un Coliseo, ¡todas adorando a Dios! El Señor le dijo a Abraham: “De ti saldrá una gran nación”. Y esa palabra está dirigida no sólo a Abraham, sino también a usted y a mí. Puede comenzar con una célula, luego se multiplicará, llevará a sus discípulas a los Encuentros, y más tarde, ¿por qué no?, será una mujer que impacte los cinco continentes del mundo. Tal vez piense: “No, yo no he servido nunca para nada”, o “mire la edad que tengo, ya me están saliendo las canas”, o “jamás he podido realizar mis sueños”. Si es una
verdadera adoradora, será madre de multitudes.
2. Tendrá nombre nuevo.
Seguidamente, Dios le dará un nuevo nombre. Tal vez la nombran como Patricia, Susana o Marta, pero en el fondo usted se llama “fracasada”, “amargada”, “pobre”, “débil”, “estéril”. Tal vez su vida haya sido marcada con palabras negativas, propias o de terceros. Pero quiero decirle que si es una adoradora, Dios le cambiará el nombre. Le llamará “hija”. Será una “princesa” de Dios. El le dirá: “Te sentarás a la mesa Conmigo, y Yo voy a hablar a tu corazón y tú vas a hablar al Mío. Seremos amigos”. Como Abraham fue el mejor amigo de Dios, usted será la mejor amiga de Dios. Su nombre será cambiado cuando entre en la práctica de la genuina adoración.
3. Dios será su proveedor.
En tercer lugar, debemos saber que Dios siempre ve nuestra necesidad. La adoración hace que Jehová Jireh actúe a través del Espíritu Santo, dándole la provisión, porque El está con usted. Tal vez había pensado: “No, Señor, me conformo con un empleo,
con un vehículo pequeño, con una casa modesta, con ciertas comodidades, lo mínimo para vivir decorosamente”. Yo pensaba así hace unos veinte años. Pero el Señor me dijo: “No, hija, Yo voy a darte la provisión, serás un árbol grande, lleno de frutos; miles de familias van a estar debajo de ese árbol, y aun serán alimentadas por ti”. Antes, yo no tenía ni para el bus, y mi papá tenía que pagarme la universidad. Pero ahora somos un gran árbol y miles de familias viven de la Misión Carismática; yo diría que más de trescientas familias trabajan tiempo completo en nuestra institución, porque aprendimos a ser adoradores. Si usted es una genuina adoradora, verá la provisión; no una a cuentagotas, sino de las que hay que cargar con grandes palas. A través de nuestra genuina adoración, mediante nuestro corazón entregado sin reservas a Dios, conoceremos a Jehová Jireh obrando en nuestras vidas.
4. Dios le dará protección.
En cuarto lugar está el cuidado, la protección. La Biblia dice: “En el mundo tendréis aflicción” (Juan 16:33b). En este mundo convivimos a diario con distintos peligros. Por ejemplo, las Escrituras nos advierten de la mujer extraña, que ronda buscando llevarse al hombre que vale. Cuando usted es una adoradora, la protección de Dios rodea su casa y a cada uno de los miembros de su familia. El Señor librará a su esposo de la mujer extraña. Tal vez él sea tentado pero con la protección divina, la mujer extraña no se lo llevará. Quizás existan malas amistades alrededor de sus hijos, pero si usted es una adoradora, ellos recibirán la cobertura de Dios. La protección de Cristo levantará murallas en derredor de sus seres queridos y de su propia vida. ¡-Vea qué importante es ser una mujer adoradora-! Abraham percibió esto y dijo: Iré allá a adorar a Dios. Y su adoración fue en obediencia, en sacrificio.
Si la iglesia entiende estos principios de la adoración, la multiplicación vendrá, nuestros nombres serán cambiados, y la provisión y la protección tendrán lugar en nuestro medio.
Todos deseamos vivir y experimentar el verdadero significado del cristianismo, el cual no consiste en cambiarse de religión, donde antes iba a la misa y ahora va al culto, ¡no! Implica mucho más; se trata de una relación personal con el Señor.


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