jueves, 6 de diciembre de 2007

CÓMO HACER EQUIPO CON EL ESPÍRITU SANTO

»Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros».
Hechos 15:28

Dios anhela que trabajemos en una intimidad plena con Él, siendo Él el socio principal en el trabajo que nosotros desarrollemos. Pero el Espíritu deja a nuestro libre albedrío el que nosotros le confiemos cada responsabilidad; y si estamos dispuestos a hacerlo, debemos tener en cuenta ciertas consideraciones:

ÉL ES UNA PERSONA
Usted no puede tratar al Espíritu Santo como si fuera algo irreal. Es tan real como cualquiera de nosotros, y es su deseo que no lo ignoremos. Él necesita de nuestras palabras, anhela que le consultemos, que pongamos a su disposición cada uno de los pasos que vayamos a dar, que le permitamos a Él dar el visto bueno. Eso fue lo que llevó a la iglesia primitiva a que tuviera gran éxito, a que pudiera desarrollarse de una manera plena y así alcanzar las naciones, algo que a la iglesia actual le ha costado, pero que ellos lograron realizar en la primera época.

QUE ÉL SEA SU SOCIO
Es fundamental que entendamos que el Espíritu de Dios desea tener el control pleno de nuestra agenda y todo lo que ésta incluya. Él debe tener la total libertad de elaborar los cambios que se requieren en nuestra vida, pues debemos recordar que no estamos construyendo nuestro reino sino el de Él. Hacer al Espíritu de Dios nuestro socio implica llevar una vida exclusivamente de fe.

DEPENDA DE LOS RECURSOS DE ÉL
Es importante comprender que todos los recursos de Dios son administrados por el Espíritu Santo; y todo lo que nosotros necesitemos dentro del ministerio, Él lo posee. Por tal motivo, nuestra relación con el Espíritu debe ser excelente. Hacer la obra de Dios es algo sobrenatural, y lo que es imposible con medios humanos, o por nuestra lógica, es posible con su ayuda.
Antes de venir el Señor Jesús a este mundo, la gente conoció el ministerio de Dios Padre. Cuando el Señor Jesús estuvo en esta tierra, el mundo fue impactado por Su obra redentora. Pero, después de que Jesús ascendió a los cielos, el Espíritu Santo se constituyó en el único representante, tanto del Padre como del Hijo, y por ello, es el único que decide a quién le otorga los recursos que sus siervos necesitan. Esta es la razón por la cual nuestra relación con Él debe ser excelente.

QUE ÉL SEA EL DIRECTOR TÉCNICO DEL EQUIPO MINISTERIAL
Nosotros podemos llegar a equivocarnos al escoger las personas que integren nuestro equipo, pero Él no. El Espíritu mismo traerá revelación a nuestras vidas de quiénes son aquellos con los que debemos llevar a cabo la obra, en quiénes debemos invertir tiempo, a quiénes debemos formar, y cómo podemos hacerlo. Una de las tareas más
difíciles de cualquier líder es conformar el equipo con el cual debe trabajar en el futuro. Es tan importante la elección de cada uno de ellos como lo es el escoger al cónyuge.
RENUEVE SU MENTE
Es fundamental tener una plena sensibilidad a la dirección del Espíritu Santo y estar siempre dispuestos a movernos de acuerdo a su guía, en la manera como Él desea hacerlo. Esto implica que nuestra mente tiene que ser renovada día a día, y tomar el rumbo que Él ha trazado para nosotros. El único camino para renovar nuestra mente es aprender a estar en su presencia diariamente, bebiendo de su Espíritu; pues es en la intimidad con Él que el velo se corre y nos es revelado lo que hay en su corazón, para que nosotros lo llevemos a cabo.
ENTREGA TOTAL
El Espíritu Santo quiere tener intimidad con aquellos que rinden la totalidad de sus vidas a Él, no con aquellos que tratan de decirle cómo debe hacer las cosas, o qué cosas debe hacer. Siempre debemos estar sometidos a la guía que Él quiera darnos. Esto implica una dependencia total de Él en cada una de las áreas en las que nos desarrollamos. Para que esto se logre, tiene que haber muerto dentro de nosotros todo vestigio de ego.

COMUNIÓN
Planee cada paso que dé en intimidad con Él. Si le permitimos dirigir nuestras vidas, no nos equivocaremos en ningún paso que demos, dado que para Él es tan claro el presente como el futuro. Aunque no entendamos muchas cosas, si igual las hacemos en obediencia a Él, luego veremos los resultados efectivos de nuestras decisiones. Nunca debemos hacer nada por nuestra propia cuenta. Déle siempre al Espíritu Santo el tiempo y la libertad para que Él actúe. A veces, Él dice sí; otras, dice no. Pero cualquiera sea la dirección que Él dé a nuestra vida, debemos tener la certeza de que todo lo tiene bajo su control.

RECONOCIMIENTO
Que todo lo que hagamos redunde para la gloria de Dios. No es el deseo de Dios que en lo que planeemos busquemos nuestra propia gloria. Por el contrario, todo lo que hagamos debe ser exclusivamente para la gloria del Señor. Muchos son los que se sienten dueños de los dones que le pertenecen al Espíritu de Dios, mas todos los dones culminarán y lo único que perdurará será nuestro carácter.
El rendir a Él nuestra vida es permitirle que moldee nuestro carácter y así traer gloria a su Nombre.


Celulas G12 - © 2007 visiong12.com

0 comentarios: